jueves, 3 de julio de 2008

Echarte a faltar (o no)

Desde que te fuiste
he aprendido mucho.

Ahora sé como resumir,
reduciendo el tiempo y el espacio.

Ahora sé como abreviar,
acelerando el reloj y mis pasos.

Y, por fín, sé como simplificar,
diferenciando lo que hace falta
de lo que es mejor echar a faltar.

Desde que te fuiste
no has aprendido nada.

Alargas.

Tardas.

Complicas.

Pero no pasa nada porque
desde que te fuiste
he aprendido mucho
y, por fin, sé qué me hace falta.